Cinco mil años de historia nos dan la bienvenida a Egipto un país lleno de contrastes, de misterio y de intriga.
¿Te apuntas para conocer cada rincón oculto en un viaje de aventura para intentar descubrir la antigüedad?
Desde la presa de Aswan, el viaje comienza con un crucero por las aguas del río Nilo. Al igual que una Cleopatra y Marco Antonio del siglo XXI descansamos mecidos por el vaivén de la corriente, en un camarote donde la tranquilidad está asegurada. En sus orillas, iremos descubriendo lugares con el encanto de las grandes dinastías de faraones.
Es recomendable no perderse ninguna de las visitas...yo diría que son de obligado cumplimiento!!!
Templo de Abu Simbel, culto al Sol.
Cuatro estatuas colosales de Ramses II dan la bienvenida a este templo erigido para honrar a Ra y Amón. Como curiosidad, saber que su ubicación original, en Nubia, dejó de ser la apropiada debido a la construcción de la presa de Aswan. Así que, en 1959 comenzó una campaña a nivel mundial para reubicar y trasladar este espléndido monumento piedra a piedra hasta un lugar más seguro.
El Valle de los Reyes oculta una necrópolis egipcia con más de cuatro mil años de antigüedad. Está localizado en la parte occidental del río Nilo, sobre la ciudad de Luxor, en ella descansan los faraones del Imperio Nuevo. Lo más recomendable es pasear entre los templos funerarios ó también se puede sobrevolar el valle en globo, mientras, a vista de pájaro, descubrimos una de las perspectivas más bellas de este país.
Hatshepshut, la reina que fue faraón. Su templo en Deir El-Bahari es sólo una pequeña muestra del poder que alcanzó está mujer con corazón de hierro. De la mano de guías, expertos egiptólogos descubriremos las tramas palaciegas y traiciones que rodearon la vida de la hija de Ra.
La aventura continua en la ciudad de El Cairo donde antigüedad y modernidad conviven en armonía. Entre las casas de adobe se alzan rascacielos que acogen oficinas con estilo de vida occidental, los carros tirados por animales circulan junto a modernos automóviles...
Pero a pesar de todo, la ciudad no ha perdido el encanto faraónico de cinco siglos atrás.
Pero a pesar de todo, la ciudad no ha perdido el encanto faraónico de cinco siglos atrás.
Trío de excepción, uno de los símbolos de Egipto, las pirámides en la meseta de Giza, Keops, Kefren y Micerinos se alzan imponentes ante nosotros, tenemos que entornar los ojos ante estas obras arqueológicas. Cerca de ellas, la esfinge observa el valle bajo su atenta mirada.
¡Es,sin duda alguna,el escenario perfecto
para una inmensa colección de fotos!