Fotos : Anakonda61/Dj Jou |
La Costa Brava y la comarca del Empordá reciben miles de visitantes que llegan siguiendo los pasos de uno de los artistas más relevantes y originales del siglo XX, Salvador Dalí.
Realmente cuando emprendimos esta ruta no queríamos visitar sólo un museo, sino todo el universo que rodeaba a Dalí...los lugares donde pasó su infancia, juventud y madurez, siempre muy unido a su tierra natal.
El triángulo Daliniano nace como concepto para agrupar todo este universo de sensaciones que componen las dos casas museos del pintor en Port Lligat y Púbol, así como el fantástico Teatro-Museo de Figueras, posiblemente el mejor museo de arte surrealista del mundo.
Teníamos claro que necesitábamos todo un fin de semana para poder visitar sin prisa...todos estos mágicos lugares.
El triángulo Daliniano nace como concepto para agrupar todo este universo de sensaciones que componen las dos casas museos del pintor en Port Lligat y Púbol, así como el fantástico Teatro-Museo de Figueras, posiblemente el mejor museo de arte surrealista del mundo.
Teníamos claro que necesitábamos todo un fin de semana para poder visitar sin prisa...todos estos mágicos lugares.
Fotos : Anakonda61/Dj Jou |
Iniciamos la ruta el sábado por la mañana y nuestra primera parada fué Port Lligat, un pueblo típico de pescadores de la Costa Brava.
La visita a Port Lligat es recomendable para todo el que quiera conocer bien el universo Dalí. La casa-museo está situada en la bahía, al norte de la localidad de Cadaqués, donde nació el padre del pintor y donde él había pasado largas temporadas durante su infancia y juventud.
Además de la casa, nos encontramos con otro elemento de impacto: el paisaje que la envuelve, un paisaje al que Dalí estuvo unido desde niño y que recuerda a menudo en sus sueños.
Fotos : Anakonda61/Dj Jou |
La particular geología del Cap de Creus fue una fuente de inspiración fantástica para el pintor. La casa es una obra más de Salvador Dalí, en su búsqueda de aislamiento y de paz para poder pintar.
Gala y Salvador Dalí se establecieron en Port Lligat durante la primavera de 1930, en una sencilla barraca de pescadores. En aquella época era un poblado con una veintena de barracas, alineadas junto a un pequeño riachuelo, un lugar apartado y solitario.
Desde el primer momento, el color verde y gris del paisaje y de los olivos, las primitivas construcciones rurales, la costa rocosa y el agua de la pequeña bahía se convirtieron en elementos habituales en las pinturas que realizó Dalí.
Fotos : Anakonda61/Dj Jou |
En 1932 la casa estaba formada por dos barracas y un pequeño anexo. En 1935 los Dalí ya hicieron la primera remodelación y ampliación importante. Cuando Gala y Salvador Dalí regresaron de Estados Unidos en el verano de 1948, tras doce años de ausencia, tomaron la decisión de convertir definitivamente Port Lligat en su lugar de residencia.
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Dalí necesitaba un espacio para trabajar, pero también para ordenar y acumular todo lo que la vida nómada de aquellos años no le permitía guardar.
A partir de entonces la casa creció constantemente, con nuevas construcciones y añadiendo nuevas barracas, para adaptarse a las nuevas necesidades de Dalí, sobre todo para estructurar un espacio de trabajo preparado para el formato y la complejidad de la tarea del pintor. Se construyeron el estudio, la biblioteca, el dormitorio y, durante los años 60, se edificaron la sala oval, el patio, el comedor de verano y la piscina, que fue completada en el verano de 1971.
Fotos : Anakonda61/Dj Jou |
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En el estudio de la casa de Port Lligat Salvador Dalí realizó obras como las dos versiones de la Madonna de Port Lligat (1949 y 1950), El Cristo de San Juan de la Cruz (1951), La última cena (1955), El descubrimiento de América por Cristóbal Colón (1958-59), La batalla de Tetuán (1962), La Apoteosis del dólar (1965), La pesca del atún (1966-67) y El torero alucinógeno (1969-70), entre otras, muchas de las cuales son de grandes dimensiones.
El resultado de las sucesivas ampliaciones y modificaciones es una estructura laberíntica que, a partir de un punto de origen, la entrada, se dispersa y se retuerce en una sucesión de pequeños espacios singulares encadenados por pasos estrechos, pequeños desniveles y recorridos sin salida.
Estos espacios están decorados con elementos que los convierten en ambientes cálidos: alfombras, cal, flores secas, tapices, muebles antiguos, animales disecados, y acogen una gran dispersión de objetos de valor muy desigual pero que por su acumulación contribuyen a definir el tono surrealista del conjunto.Fotos : Anakonda61/Dj Jou |
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La rehabilitación se hizo, durante dos años y medio, con la intención de mostrar a los visitantes el conjunto del espacio donde durante tantos años transcurrió la existencia de Salvador Dalí y su esposa Gala.
Fotos : Anakonda61/Dj Jou |
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También se hizo una intervención importante en el olivar y los espacios exteriores, reconstruyendo los muros de piedra seca, recuperando las pequeñas construcciones e instalaciones escultóricas realizadas por Dalí, en especial el Cristo de los escombros (1970) y la barca instalada alrededor del ciprés, que se ha convertido en el símbolo de la casa-museo.